Sentarse y que el fuego te consuma
Tus manos son invisibles
Los ojos miran hacia dentro
La música canta en los huesos
Y la tierra se vuelve agua
El cáliz se derrama
Tiñendo las voces en día
La sangre eyaculada en los cientos de estrellas
Vómitos de luz cantando amor
Vela encendida en el fondo del pozo
Sombras sonriendo
En las danzas de la noche.
lunes, 28 de septiembre de 2009
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