ojos en tinto

No me gustan tus ojos en tinto,
ni tu lengua suelta,
ni tus manos torpes y atadas,
esa cabeza,
ese océano,
se vuelve estéril
y fúnebre,
mientras las ahogues en tu alcohol de lágrimas,
eres un niño pequeño,
en un gran vaso
de las formas vírgenes,
y contaminas tus venas
y tus amigos
y tus palabras,
solo sé
que no eres el gigante que hablas,
ni eres el héroe de tu nombre,
ni el payaso que practicas
ni el borracho que predicas,
eres un niño
en los brazos de tu madre,
un niño
en los brazos de tu padre,
un abuelo en las noches
un poeta en el amor,
que se disfraza de muerte
para ocultar sus llagas,
a nadie engañas con tus camisas planchadas
ni tu sonrisa ahorcada,
te engañas a ti mismo para salir a flote
de los fantasmas que cargas como un buey,
a nadie engañas,
solo a tus sueños
a tu mujer
a tus manos
a tu sangre
a las flores en tu corazón
a tu alma
a tus palabras de sangre eterna.
Esto nacio
cuando herido quise renacer,
para no perder
y aprender
que todo el que grita enseña su canto,
todo el que llora esconde la magia
y el que miente,
tendrá que volver a creer.